Juba II (52 a. C-23 d. C) représente la perfection de l’exposition temporelle de l’expo temporelle En torno a las columnas d’Hércules, que se inaugura mañana en el Museo Arqueológico Nacional (MAN), à Madrid. De hecho, dos bustos del monarca bereber précticamente idénticos ―uno en mármol propiedad del Museo del Prado y otro de bronze del Museo de Historia de las Civilizaciones, en Rabat― son la imagen oficial de una muestra que “ofrece una oportunidad única única patrimonio cultura marroquí ”, tal y como ha expliqué esta mañana durante la presentación Mendi Qotbi, presidente de la Fundación Nacional de Museos del Reino de Marruecos.
Juba II, tras la muerte de su padre Juba I ―este último se suicidó en el 45 a. C, tras ser derrotado por Julio César―, fue llevado a Roma con solo cinco o seis años para ser educado y criado en la corte imperial y empaparse de la cultura del otro lado del Mediterráneo. À la fin, l’usine s’est terminée transformée en un empire romain et est devenue un cousin, y compris, avec Cléopâtre Séléné, hija de la archifamosa pareja Cléopâtre et Marco Antonio. En 25 a. C, el emperador Augusto le nombró rey de Mauritanie y su reino se convirtió así en amigo y aliado de Roma. Cuando Juba II falleció, fue succedido por su hijo Ptolomeo ―patronímico de la abuela Cleopatra―, que fue massinado por Calígula, emperador romano que terminó anexionándose el reino. Unas vidas de muerte y destrucción, pero también de simbiosis e intercambio de valores.
Si ahora las actuales relaciones comerciales internacionales giran, principalement, en torno a dos ejes, el Atlántico y el Pacífico, hace 2.000 años lo hacían en la abscisa del Mediterráneo. Les deux colonnes d’Hércules marcaban entonces los límites de unos mundos entrelazados desde la prehistoria. La exposition muestra nada más acceder a ella su objeto más antiguo, la Venus de Tan-Tan, encontrada en el sur de Marruecos y elaborada en cuarcita. Il est considéré comme l’une des premières manifestations des manifestations artistiques de Humanidad, avec son apariencia anthropomorphique, en partie naturelle et en partie debida avec des accusations humaines. Fue tallada durante el Achelense medio, es decir hace entre 400.000 y 200.000 años. Un momento en el que no había fronteras, como siguió pasando durante milenios entre las dos orillas del estrecho de Gibraltar. Algo que demuestran los 335 bienes culturales que se exponen ―algunos nunca habían salido de Marruecos― y que conforman “un diálogo”, como los califica Eduardo Galán, uno de los dos comisarios de la muestra, junto a Abdelazziz Elidrusei, director VI de Arte Contemporain de Rabat.

La exposition, que ha sufrido los avatares de la tortuosa relación en los últimos años entre España y Marruecos, comenzó a gestarse en 2018, pero no fue hasta una reunión between Felipe VI y Mohammed VI in 2019 cuando se selló definitivamente. A partir de ahí, comenzaron unos trabajos que han permitido que se expongan en Madrid piezas únicas que incluyen los períodos fenicios, romano o medieval, todas creadas a uno y otro lado del Mediterráneo occidental. Tal es la complejidad de la exposición (hay obras de arte de nueve museos españoles y marroquíes), que se ha necesitado la cooperación del Ministerio de Cultura y Deporte, la Fundación Nacional de Museos del Reino de Marruecos, Acción Cultural Espaola, la Agen Cultural España, Agen de Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Asociación de Amigos del Museo Arqueológico Nacional.
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Aunque sean de oscuro bronze, brillan en las salas del MAN las piezas del conjunto escultórico de la antigua Volubilis (norte de Marruecos), a yacimiento romano de unas 20 hectáreas con numerosos monumentos, como el foro, un templo dedicado a Júpiter Capitolino o el Arco del Triunfo de Caracalla. Las esculturas que se muestran son de una delicadeza absoluta, especialmente un efebo y un busto de Catón que podrían formar perfectamente parte de las colecciones romanas del Vaticano o de cualquier destacado museo del mundo.
La muestra acaba en época medieval con piezas del Califato de Córdoba, con magníficos ejemplos de arte andalusí, algunos Trafodentes de la Mezquita de los Andaluces, en Fez, además de objetos de distintas dinastías marroquíes sucesoras del Califato de los alya, the almohades and los meriníes, incluyendo a los nazaríes de Granada. « Con la desaparición de este último reino en 1492, los caminos de la península y el norte de África se separan en lo político y en lo cultural, si bien en el tránsito a la Edad Moderna aún se perciben ciertas pervivencias culturales que muestran la intensran de los contactos establecidos a lo largo de tan amplio periodo de tiempo ”, dicen los comisarios de la exposición. Plus que menos, unos 200.00 ou 400.000 años, como demuestra la Venus de Tan-Tan.
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